viernes, 8 de mayo de 2015

¿GARANTISTA LA JUSTICIA ANDALUZA?

LA LLAMAN JUSTICIA Y NO LO ES...


Hoy como traductor he sido requerido por el Juzgado de Guardia para atender a Daniel, ecologista de la ciudad de Sevilla que ayer ha sido detenido por la policía por una busca y captura ordenada por un juzgado de Madrid por haberse llevado una barra de un camión.

Mi presencia en el juzgado provoca la primera sonrisa en Daniel tras más de 70 horas en el calabozo. Como de costumbre informo de sus derechos al detenido y de nuevo constatamos como la Policía Nacional no garantiza los derechos básicos (asistencia de un letrado, traductor y asistencia médica) argumentando la falta de recursos y razón no le falta ya que con la entrada de Rajoy en el gobierno el contrato para servicios de traducciones e interpretaciones se lo dieron a una multinacional (SEPROTEC) que explota laboralmente a todos los traductores de España con contratos basura y pagos de 10 euros por servicio...empresa que había abandonado en 2011 por los abusos que cometía.
En la justicia andaluza de momento se siguen ofreciendo los servicios básicos a los detenidos pero la calidad deja mucho que desear ya que además de ser una justicia lenta carece del principio garantista, afectando así al que menos recursos tiene para defenderse.



Encuentros que sirven para transformar la realidad...


La justicia actúa ignorando las circunstancias de Daniel, un ser sin vivienda, trabajo...pero esto no importa al instructor de la causa más atento en el trámite administrativo.

El juez acuerda poner en libertad a Cristian y para ello tenia que facilitar un domicilio para recibir la notificación para el juicio y aquí el papel mediador para que la justicia sea comprensiva y entienda que Daniel no tiene domicilio. Finalmente facilitamos el domicilio del albergue municipal el conocido hogar de todos los sin techo por la justicia para así evitar su entrada en prisión.

El albergue municipal se llena de citaciones de los juzgados pero las circunstancias de los sin techo cambian y al no acudir a sus citas son detenidos de nuevo por la policía y de nuevo a la calle, una cadena interminable donde se criminaliza al pobre de forma constante, una administración ineficiente que pagamos todos los ciudadanos en definitiva.

Hoy Daniel ha salido en libertad y lo hemos celebrado pero al mismo tiempo me he encargo de recordarle de lo importante que es ir semanalmente al albergue y preguntar por la citación, pero ellos viven el presente, hablarle del futuro es como si hablases otro idioma.

Antes de salir del juzgado el funcionario me dice que la Consejería de Justicia me debería dar la medalla andaluza por la solidaridad y le contesto que la barbarie que comete la justicia con las personas más necesitadas debería molestarnos a todos y no solo a mi...

Ahora cuando comparto con ustedes esta reflexión me pregunto, cuántas victimas más debe cobrarse la justicia para darnos cuenta que estamos en un círculo tan vicioso e insostenible.

Me quedo con el aire que respiraba Daniel al salir fuera de aquel llamado Palacio de la Justicia, me quedo con su mirada tan profunda y su actitud valiente ante la vida.

En tantos años en los juzgados he visto tantas injusticias que necesitaría varias vidas para contarlo, tantas que yo mismo no sé como puedo llevar a mi espalda tanto...la vida es generosa y la danza que bailamos en cada instante me aporta fuerza para seguir en un mundo injusto.

Ojo la juez del caso de hoy es la mujer que fuma en el despacho, ignorando la ley que lo prohíbe. En pasado he sido el único que le ha dicho directamente que tiene que ser el ejemplo y la primera en acatar las leyes...pues así me he ganado su simpatía aunque la he dejado en ridículo delante del fiscal y el abogado. Ella es la misma juez que tenia una mala percepción sobre los marroquíes por una mala experiencia que tuvo en el barrio de la Macarena pero charlando la hice comprender que no todos los marroquíes actúan de la misma forma. 
Hay que seguir actuando con pedagogía para dignificar la justicia andaluza.

Con Daniel en frente del Palacio de Justicia de Sevilla 



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