martes, 22 de septiembre de 2015

TUDORA, LA MUJER GITANA MÁS HUMILDE DE LA TIERRA


Tudora la mujer que ama en un mundo complejo.

Un día de invierno muy tarde caminaba por la ciudad, las calles tan vacías que se podía sentir el silencio de aquella noche de invierno. En este silencio tan perfecto había una mujer delgada rebuscando en la basura y no dudo en acercarme.

Nuestras miradas al encontrarse por primera vez tienen un poder tan especial que nuestros corazones se unen, no hacían falta las palabras en aquel encuentro generoso solo las miradas saboreando el silencio de aquella noche de invierno.



Aquel encuentro nos sirvió a los dos para iniciar una especial amistad. Poco a poco Tudora me introduce en su mundo tan invisible y lo hace con tanta delicateza para no molestar a su marido. El mundo de Tudora me provoca y cada día insisto en conocer y que ella conozca el mío y así viajamos durante dos años rutas tan bellas que estoy agradecido a la vida por haberme brindado la oportunidad de tener su amistad. 

Tudora decidió hace tres años iniciar su último viaje, lo sabía pero su deseo de construir una casa para sus hijos le daba fuerza y así llego a España en la ciudad de Sevilla, de un pueblo muy lejano y olvidado de Rumania.

Todos estos años en Sevilla ha sufrido continuas persecuciones por parte de la policía debido a su condición de mujer gitana sin hogar, le han despojado de sus herramientas para buscar basura, le han quitado su ropa que encontraba en los contenedores así como las muñecas que recordaban su infancia. 

Pero ella tenia una capacidad extraordinaria de perdonarlo todo, me contaba un día que vive con la esperanza en el mañana, soñaba despierta y sonreía, nadie podría prohibir su derecho a vivir.

El dolor más grande que nunca pudo superar es la perdida de su hijo que el régimen comunista le han quitado, su único hijo perdido por el mundo. Le cuento en nuestras conversaciones que soy igual un hijo perdido, que nunca he pronunciado la palabra MAMA y estás historias que se encuentran nos convierten en amigos para siempre.

Ella me ha enseñado vencer el miedo a las ratas, me ha enseñado el lenguaje verdadero del alma y sobre todo escuchar el silencio. Siempre quedábamos sin que lo supiese su marido ella temía a que el le hiciera daño y siempre he respetado los tiempos que ella marcaba ya que su forma de vida me encantaba.

Ella nunca me pedía nada, solo me miraba y sonreía y me sentía responsable ya que su salud era muy frágil. Intente en muchas ocasiones hablar con el marido para convencerlo de que necesitaba un tratamiento en un hospital y tardamos dos años ya que desconfía de la sanidad en general. 

Muchos días juntos hemos empujado en carro de chatarra ya que ella no podría más pero el marido seguía empeñado en su deseo de construir una casa en Rumanía hasta hace una semana que tuvo que ingresar en urgencias dado que su estado de salud era muy grave. En parte me alegre ya que lo veía como una oportunidad de ingresarla y apartarla de aquel mundo que no le daba paz pero el hospital no me ayudo, no quizó ingresarla como tampoco proporcionarle tratamiento...

En la chabola donde vivía se alimentaba con la comida que encontraba en la basura y amigos como David y Alfonso de la Asociación La Carpa proporcionaron la alimentación adecuada y el tratamiento prescrito por los médicos. 

      
Tudora es una mujer elegante, le gusta el color rojo y el verde y siempre acudía a los contenedores arreglada, con paso lento se acercaba a la ciudad y exploraba los contenedores descubriendo nuestras historias y dando vida a las muñecas que encontraba.

Un día me la he encontrado sentada como una niña pequeña jugando con las muñecas, les hablaba y acariciaba y me he acercado y he podido entrar en el juego magnifico de las muñecas. Las muñecas las lavaba y vestía ella misma y las enviaba a Rumanía para que sus nietas puedan jugar. 

Tudora toda su vida se ha sacrificado para los demás, nunca ha trabajado para sí misma, siempre dispuesta a ayudar. 


Esta foto me encanta, significa mucho para los dos, el vestido rosa lo ponía para días especiales y aquel día sabía que nos vamos a ver, es una mujer especial que no se merece el trato que ha recibido en la ciudad de Sevilla.

En muchas ocasiones se ha despertado con los gritos de la policía que la mandaban a salir de la ciudad, vivía aterrorizada con mucho miedo a los policías y con razón ya que siempre la trataron mal. No la dejaban descansar en ninguna parte y seguía esperanzada en encontrar un sitio para pasar la noche. 


Tudora a mi alma salvaje aporto dulzura y yo a ella le di según ella la fuerza para perder el miedo al terror, exigir sus derechos que le corresponden y en muchas ocasiones hemos protestado juntos, visibilizando las injusticias. 

Anoche me avisaba de que ha llegado el momento de despedirnos, egoistamente he intentado convencerla de quedarse al lado mía y luchar pero la decisión la tenia tomada y la he respetado.

En plaza de armas la Estación de autobuses no hemos dejado de mirarnos todo el momento, nuestras almas se comunicaban y nadie lo entendía mejor que nosotros dos, hemos llorado como dos niños pequeños, nos hemos abrazado y nos hemos prometido volver a vernos. 

Tudora es una de las mujeres que me ha partido el corazón, nunca he conocido tanta bondad, nunca tanta humildad y sigo sin comprender porque le han negado el derecho a vivir. 

Antes de subir al autobús me ha dicho, "hijo mío nunca te olvidaré, gracias por todo" era por primera vez que verbalizaba nuestra relación y no he podido evitar llorar, nada alrededor existía solo ella y sus palabras. 

Aunque el autobús se aleja, siento su alma, su belleza extraordinaria y ratos siento impotencia por no haber evitado que se marchase, quería regalarle aquello que siempre le negaron, quería...

Feliz viaje querida amiga, nunca te olvidaré.



 



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